podría suceder
que la muerte acechara al hombre
desde algún privado entre la nuca y la frente
camino de una pesadilla
cualquier mañana
podría suceder
que una gota de rocío cayera por el costado del sol
sobre aquel hombre dormido
y lo despertara en una ciudad anterior
en el dibujo de la plaza de la infancia
ahí la muerte no haría pie
ahí en su fuente, segura
la muerte se ahogaría
cada día quebré sobre dóciles hornallas
el caldero inalterable del destino
cada día guardé una tempestad en los bolsillos
y mantuve cautiva una avioneta
en el cuarto de costura
incansable, cada día
perseguí al amante sin rostro
por los senderos violentos del jardín
cada día, simplemente
para no aburrirme
Carina
-de Argentina-