febrero 21, 2011

Dijo: Con indecisa promesa de persistencia

La blancura de la página es a la sazón un hálito tan perplejo y endeble como el del alba.
Sólo en los segundos vacíos de madrugadas de efectos puede sugerir la soledad todo el arbitrio de terror que hay en un simple latido del corazón pío, sólo en equivalente tersura, ahí, donde la agudeza deambula complicada, puede la mano dibujar la profunda doble fisonomía de la palabra poesía.
Sigilosa y facunda, perceptible e invisible, vuelta hacia lo oscuro y hacia la luz. Qué indiscreta apatía, va mucho más allá de la soledad su desabrigo, y, sin embargo, el ser reside allí con tan difícil parcialidad que se diría, regresado el tiempo asombroso de sus iniciales episodios:

ir desnudo de un espacio a otro, dormido, para suponer, a través de un rosetón la lluvia que sacude contra las hojas cobrizas de los árboles.

Ismael
-de Argentina-

febrero 12, 2011

Dijo: Inadvertencias

Regresa al nirvana
a la conmoción de la espiración primera
a la primera luz
que incendia la memoria
henchida desnudez de Eva
que acerca a la mujer
a su desabrigada in defección.

En esta tierra
de oscuridad y abismo
algún Adán recuerda
el áspero sabor de la manzana.


Miguel
-de Venezuela-

febrero 02, 2011

Dijo: Giros

Nacer, por fin brotar
a cosechas, a trayectos
a tonos y pardos ecos
como mejillones extendidos

salir a viñas, a espesas gargantas calcinadas
a corolas, a metros de verde
a perennes saetas, a sales invariables

nacer, por fin brotar
nacer sin nada, sin tedio
ni rígidas polleras
nacer plenariamente sin vergüenza.


Alejandra
-de Argentina-