Monte apenas sometido
que encierra la casa
como una orilla verde arisca
en el rezo atajado,
las jóvenes se hamacan
en sus brotes de secuencia
y rudamente balancean soplillos de victoria
tersa secreción sobre sus pechos,
ilusión de siesta en la veranda.
Un insecto de colores despereza
un sayo suspendido.
Luciana
-de Argentina-