una dentro de mi se ha acostado a morir
con las manos quemadas sobre un montón de hojas
¡ah! si pudiera regresar las huellas y las voces
bordear de caracoles mi ventana
sin preocuparme de la levedad absurda de escoria y abalorios
colgar el recuerdo en las ochavas de la vida
saber que el perdón alienta los sacos yacentes del olvido
se han vuelto tiempo la piel del rostro y los presentimientos
la corteza de luz detenida en el último cabello
se han vuelto tiempo
las victorias, la humedad de las palabras y esa sangre
poesía del loco
en donde algunos recobran su cadencia
una dentro de mi se ha acostado a morir
de a pedazos sujeta o desprendida de los miedos
con la complicidad de la noche que asedia
la forma mineral de los espejos
soy apenas la precaria memoria de unos versos
que perduran aún como fragmentos
Florencia
-de Argentina-
con las manos quemadas sobre un montón de hojas
¡ah! si pudiera regresar las huellas y las voces
bordear de caracoles mi ventana
sin preocuparme de la levedad absurda de escoria y abalorios
colgar el recuerdo en las ochavas de la vida
saber que el perdón alienta los sacos yacentes del olvido
se han vuelto tiempo la piel del rostro y los presentimientos
la corteza de luz detenida en el último cabello
se han vuelto tiempo
las victorias, la humedad de las palabras y esa sangre
poesía del loco
en donde algunos recobran su cadencia
una dentro de mi se ha acostado a morir
de a pedazos sujeta o desprendida de los miedos
con la complicidad de la noche que asedia
la forma mineral de los espejos
soy apenas la precaria memoria de unos versos
que perduran aún como fragmentos
Florencia
-de Argentina-