en el vértigo de una pausa
busco la primera estampa
de una caza de llantos
esos, aún repletos de querellas
que me lanzan lo zafral del silencio
y escribo: es ahora.
A la sazón río, medito, revelo
cómo hay una descarga al goce del sólo una vez
que ha dado en el árbol de una manera nueva
de conocer y creer
esas maravillosas casualidades y noblezas.
Luciana
-de Chile-